España es un país que nunca deja de reinventarse, y aunque los clásicos siempre están ahí, cada año hay lugares que ganan protagonismo por sus nuevas propuestas, su forma de acoger al viajero o por el simple hecho de que todo el mundo está hablando de ellos. En 2025, hay destinos que se han colocado en el centro del mapa turístico no solo por su belleza, sino por el tipo de experiencias que ofrecen.
Granada, por ejemplo, sigue siendo un imán para cualquier amante de la historia y la cultura. La Alhambra, con sus patios silenciosos y sus muros cubiertos de filigranas árabes, sigue siendo el alma de la ciudad. Pero este año, además, Granada ha apostado fuerte por la música en vivo, con pequeños ciclos de flamenco fusión en plazas y miradores, y festivales que mezclan lo tradicional con lo contemporáneo. Perderse por el Albaicín, subir hasta el mirador de San Nicolás y ver cómo la luz del atardecer tiñe de rojo las murallas de la Alhambra es algo que, aunque se repita mil veces, nunca pierde la magia.
Bilbao, por su parte, ha dado un paso más allá de la imagen de ciudad industrial que dejó atrás hace años. El Guggenheim sigue siendo una referencia mundial del arte contemporáneo, pero ahora se suma una red de pequeños espacios culturales en barrios como San Francisco o Zorrotzaurre, donde artistas locales e internacionales comparten talleres y exposiciones temporales. El ambiente gastronómico es otro de los grandes reclamos: las barras de pintxos en el Casco Viejo, las sidrerías en pueblos cercanos y los restaurantes de estrella Michelin convierten cualquier comida en una experiencia memorable.
Y luego está Mallorca, que ha decidido plantarle cara a la masificación turística apostando por el turismo sostenible. Esto significa que, además de sus playas icónicas, el visitante descubre rutas de senderismo por la Serra de Tramuntana, visitas a fincas ecológicas donde se producen aceites y vinos de forma artesanal, y pueblos como Valldemossa o Deià que mantienen intacto su encanto mediterráneo. Quienes buscan mar lo encuentran, pero quienes desean calma, naturaleza y cultura, también.
España en 2025 no se trata solo de ver lugares bonitos, sino de vivirlos. Y en estos destinos, cada calle, cada plato y cada conversación con un local son parte del viaje.