Luxus Viajes

Turismo rural y escapadas de desconexión

Vivimos rodeados de pantallas, notificaciones y una velocidad de vida que muchas veces no nos deja respirar. Quizá por eso, en 2025, el turismo rural se ha convertido en una de las tendencias más fuertes en España. Más que una moda, es una necesidad: volver a lo básico, al silencio, a la sensación de que el tiempo se mueve a otro ritmo.

Uno de los lugares que mejor encarna esta filosofía es la Ribeira Sacra, en Galicia. Sus viñedos en terrazas, que caen en cascada hacia el río Sil, son un espectáculo que cambia con las estaciones. En verano, el verde es intenso y el reflejo del agua bajo el sol crea una luz especial. Navegar en una barca por el río, entre cañones y monasterios escondidos, es como entrar en un mundo aparte. Aquí, las jornadas se marcan por los paseos, las conversaciones con los viticultores y las comidas que se alargan hasta que la tarde se tiñe de dorado.

En Cataluña, La Garrotxa ofrece un paisaje insólito: volcanes apagados cubiertos de bosques, senderos que se internan en hayedos mágicos y pueblos como Santa Pau, donde el tiempo parece detenido. Caminar hasta la Fageda d’en Jordà, con su suelo mullido de hojas y su luz filtrándose entre los árboles, es un ejercicio de paz. No hay prisa, no hay ruido, solo el latido tranquilo de la naturaleza.

En Andalucía, los Pueblos Blancos como Zahara de la Sierra o Vejer de la Frontera combinan la belleza de su arquitectura encalada con la hospitalidad de sus gentes. Aquí, la desconexión no significa aislamiento, sino volver a conectar con lo humano: con los saludos por la calle, con las historias que te cuentan en una terraza, con las noches frescas en las que el único ruido es el canto de los grillos.

El turismo rural no es solo un cambio de paisaje, es un cambio de perspectiva. Es redescubrir el placer de lo sencillo y darse cuenta de que, a veces, no hace falta recorrer miles de kilómetros para sentirse lejos de todo.